Rosario, bizcochuelo y vino.
Después de la Navidad, en los andes venezolanos, se celebra la Paradura del
Niño; festividad que se extiende hasta el
2 de Febrero, día de la Virgen de la Candelaria.
La paradura del Niño es la primera celebración del calendario de esta región y una de las más importantes
en la cultura y fervor religioso de la población andina.
Popularmente se conoce como un evento con atractivo turístico digno de ser
observado y documentado pero toda la actividad involucrada en la preparación de
una paradura y la secuencia que debe ser cumplida en el proceso, está repleta
de devoción y fe por el niño Dios recién nacido. Por eso debe ser tomado en
cuenta como algo más importante que un patrimonio cultural digno de ser
conservado. No hay pesebre que sea desarmado y guardado sin antes “haber parao
al niño”.
Después de celebrar nuestras
primeras navidades en Mérida, mi mamá empezó a recoger y guardar los adornos, el arbolito etc. y le
llegó su turno al pesebre .La tita Marina, que nos estaba ayudando en ese momento,
cuando vió que el nacimiento con todo y niño iban directo a una caja, preguntó…….y
ustedes ¿no paran al niño?, mí mamá
le contestó, no, yo lo agarro así acostadito y lo guardo en su cajita hasta la
próxima Navidad. La Tita abrió los ojos muchísimo y dijo ¡ah pecao, al niño hay
que hacerle su paradura!
Y así entramos por el aro y aprendimos que el niño se le reza un Rosario,
se le canta y una vez terminada una larga y
elaborada ceremonia (si se hace
completa), se brinda con vino de pasita y se reparte el bizcochuelo que no debe faltar ni en la más sencilla de
las paraduras.
Es una costumbre tan importante que he visto a las personas más humildes
pedir prestado y comprometer su sueldo durante meses para organizar una
paradura “como Dios manda”, con músicos, pólvora, velas, padrinos, búsqueda del
niño por el vecindario, rosario, bizcochuelo y vino en abundancia ya que el
acontecimiento es a puertas abiertas, todo el que quiera rezarle al Niño es
bienvenido.
Bueno, creo que es el momento de presentarles una de las cosas más delicadas de la cocina
tradicional andina, el bizcochuelo.
Esta receta la heredó de su suegra una joven y excelente cocinera andina,
Yuraima Rivas, quien será la protagonista de ésta entrega. Disfrútenla porque
es realmente delicioso.
Miss Chachafruto
El Bizcochuelo de
Yuraima.
"A
la receta original se le añadió hace un par de años atrás una recomendación de
un panadero profesional para que el mismo no quedara tan seco y tuviera una
consistencia más esponjosa (en la receta se resaltará)" nos relata Yuraima.
Receta
Ingredientes para un molde rectangular de 1 kilo
3 tazas
de harina
1 taza
de maicena (almidón de maíz)
2 tazas
de azúcar
10
huevos
1
cucharadita de polvo royal (polvo de hornear)
1
poquito de aguardiente o esencia de anís
1 vaso
de agua (recomendación del panadero)
Preparación:
Previamente
en un bol se mezcla la harina, la maicena y el polvo royal tamizados. En el
vaso de agua se le coloca el aguardiente o esencia de anís. Se separan las
claras y las amarillas. Precalentar el horno.
Se
inicia la preparación batiendo las claras de huevo a punto de suspiro, luego se
agrega el azúcar y se sigue batiendo, después las amarillas y seguir batiendo.
Se va
incorporando lentamente la harina mezclada con la maicena y el polvo royal.
Cuando se termine de incorporar se le vierte el vaso de agua.
Poner la
mezcla en el molde previamente en mantecado y enharinado.
Se
hornea por 35 a 40 minutos a una temperatura de 200°C-190°C, la idea es que cocine
bien, se dore y no se queme.